“...porque Dios mostrará tu grandeza a cuantos viven bajo el cielo. Dios te dará un nombre para siempre:“Paz en la justicia y gloria en la piedad.”
- Baruc 5: 3-4

En este segundo domingo de Adviento, las lecturas se centran en la preparación de la venida de Cristo mediante el arrepentimiento y el pedir la sanación de Dios.

San Pablo reza para que crezcamos en el amor y en el discernimiento “de lo que sea lo mejor”, para que seamos “limpios e irreprochables el día de la venida de Cristo.” En el Evangelio, escuchamos que Juan Bautista predica un “bautismo de penitencia”, según la profecía de Isaías. En palabras del profeta Isaías, en preparación para el Mesías, “Todo valle será rellenado... toda montaña y colina, rebajada...todos los hombres verán la salvación de Dios.”

Se nos recuerda que el Reino de Dios involucrará a toda la creación, un reino de relaciones correctas entre todas las cosas creadas. Esto significa que nuestra preparación para su venida debe incluir el arrepentimiento por las maneras en que hemos pecado contra Dios, contra nuestros prójimos y contra la creación.

El Papa Francisco nos ha pedido que veamos este tiempo de recuperación de la pandemia mundial como un punto de inflexión respecto a las formas en que hemos devaluado a nuestros prójimos y a la preciosa Tierra de Dios, destruyendo o explotando lo que era bueno y bello para la ganancia o el beneficio a corto plazo. Cuando analizamos lo que salió mal en nuestra respuesta a la pandemia, podemos ver que forma parte de un modelo más grande de intereses poderosos que ignoran el clamor de los pobres y de la Tierra. Podemos ver cómo nosotros también somos culpables de perpetuar este ciclo.

En agosto, el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU publicó un nuevo informe en el que se expone con la mayor crudeza la situación a la que se enfrenta toda la vida en la Tierra si los seres humanos continúan el consumo de los combustibles fósiles y la contaminación imprudente de los recursos naturales. Según el informe, el plazo en el que es posible detener el catastrófico cambio climático se está cerrando rápidamente, y es necesario actuar de forma decisiva e inmediata para cambiar el rumbo.

Es cierto que es necesario actuar en los niveles más altos del gobierno y del mundo empresarial para realizar cambios radicales, pero nosotros, como cristianos, podemos reconocer en nuestra sociedad las raíces del desprecio a lo sagrado que es la creación por nuestras propias actitudes y comportamientos. En el Adviento, mientras meditamos sobre las imágenes del profeta Isaías de toda la Tierra respondiendo a la venida de Cristo, podemos discernir en oración las formas de promulgar nuestro arrepentimiento del abuso de la Tierra.

La misionera laica de Maryknoll, Peg Vamosy, escribe: “Toda la creación está esperando a ver qué elegimos hacer como humanos. ¿Volveremos a los maneras ‘normales’ de consumismo, conveniencia, comodidad e indiferencia hacia cualquier persona o cosa excepto nosotros, o embarcaremos en un nuevo camino para restaurar la Tierra a las relaciones correctas, con Dios, con los demás y con toda la creación?

...[Esta] debería ser una oportunidad y un momento de esperanza, porque podemos transformar esta realidad. No tenemos que volver a la normalidad que dejamos atrás; podemos elegir un terreno más fértil en el que plantar las semillas para la cosecha que Dios quiere.”

Preguntas para la reflexión:

 ¿Cómo te ha cambiado la experiencia de la pandemia? ¿Qué paso puedes dar para “restaurar” tu relación con Dios, el prójimo o la creación?

Oración

Lector: Señor, permite que mis oídos escuchen el llanto de la Tierra, las voces de mis hermanas y hermanos, los que se enfrentan a la dura realidad del cambio climático.

Todos: Señor, vengo a hacer tu voluntad.

Lector: Señor, permite que mis ojos vean la belleza de la creación, en las flores, criaturas, bosques y ciudades por igual.

Todos: Señor, vengo a hacer tu voluntad.

Lector: Señor, permite que mi voz hable por la justicia y asegura que las personas que viven en la pobreza sean escuchadas. 

Todos: Señor, vengo a hacer tu voluntad.

Lector :Señor, permite que mis manos cuiden a la Tierra, trabajen, cosechen, y celebren.

Todos: Señor, vengo a hacer tu voluntad.

Lector: Señor, permite que mis pies tomen el camino menos recorrido, caminen la milla extra,
que lleven tu mensaje al mundo.

Todos: Señor, vengo a hacer tu voluntad.

Oración de Father Michael Fitzsimmons/CAFOD

Acción: 

Firma la petición católica global para una fuerte acción climática del Movimiento Laudato Si’ (antes Movimiento Católico Global por el Clima). 

Discierne en oración cómo tú y tu comunidad podrían participar en la Plataforma de Acción Laudato Si’, una iniciativa del Vaticano de 7 años para ayudar a la Iglesia poner en práctica el cuidado de la creación en todos los sectores de la vida.